sábado, 28 de julio de 2012

El hombre que dicta la sentencia #30: Berserk #12

Pese a mi mosqueo por los fallos de impresión en el tomo (de los que EDT parece no haberse pronunciado todavía), vamos allá con su reseña. Tras esto, mañana le tocará el turno a Deadman Wonderland, y a ver si sigo con las reseñas de Soul Eater y One Piece tras esta:

El devenir de la Banda del Halcón, que había alcanzado la gloria en el reino de Midland, cambió drásticamente en cuestión de horas. Todo empezó al anochecer, cuando Guts abandonó el grupo. Aquella misma noche, Griffith despojó de su virginidad a la princesa Charlotte. Al enterarse el rey de esto último a la mañana siguiente, encarceló a Griffith y envió a su ejército regular a exterminar a la Banda del Halcón. Un año después de esos hechos, los restos de la banda y Guts, que regresa temporalmente, consiguen rescatar a su comandante. Sin embargo, ya es demasiado tarde para reverdecer laureles, pues Griffith tiene el cuerpo destrozado y es incapaz de valerse por sí mismo. Los miembros de la Banda del Halcón pierden la esperanza en un futuro mejor. Mientras tanto, la relación entre Guts y Kasca pasa a un nuevo nivel...

"Impotencia". Esa es la palabra que mejor define a este tomo. Impotencia ante el hecho de haber fracasado en la búsqueda de un sueño, e impotencia ante el fatídico destino que se acerca, de forma monstruosa y sangrienta.

La Banda del Halcón, antaño héroes de Midland, ahora diezmados proscritos, ha perdido a la razón de su lucha. Un año de crueles torturas han destrozado por completo a Griffith, quién ahora está tan débil como un recién nacido, incapaz de sostener una espada, de montar a caballo, de liderar a sus hombres... Los miembros de la Banda del Halcón tienen que hacerse a la idea de que, aquella vida de ensueño por la que habían luchado junto a Griffith, y que ahora han perdido, jamás volverá.

Por si esto no fuera poco, el destino vaticinado por Zodd finalmente se cumple, y Griffith, hundido en la más absoluta de las miserias, recupera el Beherit Carmesí, produciéndose el Eclipse, y la llegada de los Mano de Dios.

Los apóstoles se reúnen para encumbrar a Griffith como uno de los Ángeles Guardianes, y este, al darse cuenta del camino que ha seguido, y que por culpa de un hombre, alguien al que finalmente ha reconocido como su amigo, su igual; se ha apartado de él, acepta el pacto con los Mano de Dios, dando inicio así al Banquete, y sacrificando a toda la Banda del Halcón, con el fin de trasmigrar en una entidad superior, y seguir adelante con su sueño.

Por fin llega el Eclipse, y con él los compases finales de la actual saga. Un tomo triste y sangriento, muy bien hilado, pero que deja al lector con múltiples preguntas. Y genial la aparición de Puck. No me la esperaba.

Lo mejor: La impotencia de Griffith, que no tiene fuerzas ni para suicidarse. El diseño de los Mano de Dios. La aparición de Puck (aunque por culpa de los errores de impresión quede a la mitad). La determinación de Guts para hacer frente a lo sobrenatural, a lo demoníaco, a lo divino y, en resumen, al destino. El inminente combate entre Zodd y el Caballero de la Calavera.

Lo peor: La cagada de imprenta. A ver si EDT da algún comunicado al respecto (ya podrían aprender de Ivrea -.-")

Reseñas de tomos anteriores: #9#10#11

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